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¿Qué es la Crianza Consciente?

Updated: Nov 29, 2020

¿Qué es la Crianza Consciente? Es una pregunta que me hacen muy seguido y puedo entender que es un término difícil de asimilar. Esto es posiblemente porque cambia muchas de las concepciones viejas sobre la crianza. Cuando se nos presenta con una manera diferente de ver las cosas, de como siempre las hemos visto, a nuestro cerebro le es difícil entender una manera de pensamiento distinto. Sin embargo, para poder hacer un cambio y mejorar el mundo debemos de estar abiertos a nuevas formas de hacer las cosas. Podemos empezar cambiando nuestra manera de criar a nuestros hijos. El cambiar nuestros métodos de crianza, nos presenta con la oportunidad de cambiar las cosas para bien. La Crianza Consciente nos da esperanza, y nos regala la manera de, no solo cambiar el mundo, sino de cambiarnos a nosotros mismos y a las generaciones futuras.

Principalmente sigo el concepto de Crianza Consciente creado por la Dra. Shefali Tsabary. La Dra. Tsabary es psicóloga clínica originaria de India y actualmente vive en Nueva York. Su filosofía está formada por una fusión de filosofía del oriente y psicología del occidente. Ha sido influenciada por la filosofía budista, El Dao (filosofía China), Sigmund Freud, Carl Jung, Donald Winnicott, Alice Miller entre muchos otros. Ha escrito 4 libros de la lista de libros más vendidos del New York Times. Su filosofía en crianza les da enfoque a los padres: nos explica como la maternidad (o paternidad) nos da la oportunidad de crecer a través de los retos que nos traen nuestros hijos.

Crianza Consciente no es una técnica que solo se aplica en ciertas circunstancias. La Crianza Consciente es todo un estilo de vida. Implica que tengamos consciencia de nosotros mismos: nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestros disparadores, nuestro condicionamiento social, etc. Nos empuja a conocernos en una manera tan profunda que podremos entender que parte de nuestra psique se nos ha impuesto, cual hemos desarrollado dadas las circunstancias de vida y cual es nuestro verdadero yo. Probablemente te estarás preguntado qué tiene que ver todo esto con la Crianza Consciente. Cuando logras conocerte a tal nivel, puedes detener tus reacciones y eres menos propenso a que “aplasten tus botones”. También detienes la cadena pasada por generaciones anteriores aprendiendo a no vaciar sobre tus hijos tus inseguridades, miedos y otros muchos aspectos que no te han ayudado al día de hoy. Sobretodo, les da la oportunidad a tus hijos de conocer y ser siempre su verdadero “yo”. De esta manera podemos educar niños más auténticos y empáticos; niños que logran crear conexiones verdaderas con otras personas. Chicos que puedan defender sus ideales, que no toleren injusticias, pero al mismo tiempo sin actuar impulsiva y reactivamente. Niños que sabrán que su valor viene solo por ser ellos mismos y no pretendiendo ser lo que otros quieren o esperan que sean. Hijos que respetan los puntos de vista de otros y aceptan las diferencias humanas. Chicos menos propensos a la depresión, ansiedad y otros desórdenes mentales. Seres humanos que sabrán el valor que tienen y que conscientemente darán ese valor al planeta y a la humanidad, empezando de esta manera a cambiar el mundo.

Mientras el concepto es complejo, personalmente hay algunos puntos que yo encuentro clave dentro de esta filosofía.

1.- La crianza tiene que ver más con los padres que con los hijos. Como lo mencioné anteriormente, el trabajo dentro de la paternidad/maternidad comienza contigo. Tu como madre (o futura madre) le pasarás a tus hijos lo bueno y lo no tan bueno (lo consciente y lo inconsciente). Te podrás preguntar: “¿Qué es lo no tan bueno?”. Todos tenemos heridas creadas durante nuestra infancia o por la vida misma. Algunos las tienen más profundas que otros y algunos tienen más que otros, pero todos las tenemos. Los hijos tienen la habilidad de enseñarnos cuales son estas heridas; cuando nos detonan reacciones o nos “aplastan los botones”. La clave es que, en vez de reaccionar, hay que analizar porque estas situaciones nos hacen sentirnos así. De esta manera poco a poco irás entendiendo y encontrando quien eres realmente. Una vez que entiendas y vivas todo este proceso, podrás cambiar los patrones que no te están sirviendo, ni a ti, ni a tus hijos.

2.- Conexión. Siempre hay una razón o deseo detrás de cada comportamiento. Los niños no son la excepción. En vez de culpar al niño por un comportamiento “malo”, podemos conectar con ellos, validar su necesidad y entender desde donde están actuando. Así, el niño se sentirá aceptado, validado y con mejor disponibilidad de entender las consecuencias de sus actos y cambiar su comportamiento. Conectar no es algo que solo se hace durante eventos o salidas específicas, la conexión con nuestros hijos se debe de hacer todos los días. Tu hijo(a), te hará saber cuándo se dará el mejor momento, solo necesitas estar receptiva y abierta a la oportunidad. La conexión siempre vendrá antes de la corrección. Con una conexión bien establecida será mucho más fácil la crianza.

3.- Acepta el hijo que tienes. Antes de ser padres, la mayoría de nosotros tenía una fantasía o expectativa de cómo serían nuestros hijos. La mayoría de las veces esta expectativa termina siendo diferente a la realidad. El niño(a) que ha venido a ti, es perfecto dentro de su imperfección. Es perfecto para ti. Es el hijo que te ayudará evolucionar y crecer. El aceptar a este hijo, enfocándote en las cosas muy buenas de él, trae paz a la relación. De esta manera tu hijo crecerá siendo seguro de si mismo, aceptándose y queriéndose tal como es.

4.- No hay jerarquías. Los hijos son seres independientes que merecen respeto, ser escuchados y sobre todo aceptados tal como son. Estos hijos vinieron a esta vida a través de ti y eso los hace tan humanos como tú. Tener esta idea presente siempre nos dará una perspectiva diferente. Mientras que este estilo de crianza sugiere que tengamos límites bien establecidos; también deja espacio para que el niño pueda dar su opinión, haga oír su voz, interactúe en discusiones saludables y que tenga las oportunidades de demostrar que ha madurado lo suficiente para tener más libertades. Esto se logra fácilmente cuando puedes ver a tu hijo como la persona que te puede enseñar tanto como tu a él.

5.- Cambia con los paradigmas viejos de la crianza. Encuentro que este es el concepto más difícil de entender para la mayoría de nosotros. Durante la historia de la humanidad, especialmente en los últimos siglos, la sociedad ha creado reglas de crianza bien establecidas. Muchas veces, cuando una ideología es pasada de generación en generación se convierte en una especie de regla inconsciente; la única e incuestionable manera de hacer las cosas. Es difícil poder desarrollar la habilidad de tener un ojo crítico ante estas cuestiones cuando estamos tan sumergidos en la cultura; sin embargo, para poder lograr un cambio, es necesario cuestionar y analizar los patrones que hemos estado siguiendo ciegamente. Mientras la humanidad evoluciona y las sociedades cambian, muchos de estos establecimientos dentro de la crianza, se vuelven obsoletos. No solo eso, sino algo mas importante: cambiando estos patrones podemos cambiar nuestra sociedad a una más evolucionada.

La gran mayoría de las personas tienen miedo que al cambiar sus métodos de crianza van a terminar con hijos flojos, irrespetuosos, deprimidos, no productivos, etc. Entiendo estos miedos. El argumento usualmente es: “Si yo salí bien”. ¿Qué tal si les puedes brindar la oportunidad de todavía ser mejor y florecer dentro de quienes realmente son? La crianza consciente se ayuda de herramientas como los límites, las consecuencias naturales entre otras técnicas de crianza respetuosa. No deja que los niños corran sin una guía, solo cambia las prioridades y las maneras de hacer las cosas. Busca criar hijos que prosperarán dentro de su propia y única manera.

Quizá muchos pensarán que esta filosofía puede ser una manera fácil de criar hijos. En realidad, esta manera puede presentar más trabajo que la crianza tradicional. No es fácil. La manera fácil pueden ser los castigos, los gritos y todavía en muchas culturas, los golpes. Sí representa más trabajo (sobre todo a nivel interno). Dejar de ser reactivo y mejor pensar antes de actuar, conectar con las necesidades de tus hijos y usar información y creatividad para solucionar problemas; son ejemplos de situaciones que tomarán más fuerzo y tiempo, pero que a la larga tendrán mejores resultados.

En resumen, para poder cambiar los problemas que el mundo está enfrentando, necesitamos cambiar la manera en que estamos haciendo las cosas. Empezando por la manera en que criamos a nuestros hijos.


Delia

Mamá de 3 - Coach en Crianza Consciente - Psicóloga



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