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  • Writer's pictureDelia

En este momento, la escuela no es mi prioridad.

Updated: Nov 29, 2020

Estamos en el día 19 de la cuarentena, y las cosas no parecen mejorar pronto. Es todo un reto estar todos en casa todo el tiempo (probablemente ya todos ustedes se habrán dado cuenta). Aunado a esto hay que lidiar con el estrés y la incertidumbre de nuestra propia salud y situación económica. Para mi sorpresa, los primeros días para nuestra familia fueron bastante buenos. Esto, hasta que la presión de la escuela empezó a entrar. Clases en línea, una computadora para todos, seguir tiempos de entrega, exámenes en línea, y la gran cantidad de distractores que la casa conlleva, han resultado en un gran reto. A pasar de que mi trabajo es extremadamente flexible, estoy batallando con todo esto; no me puedo imaginar como le hacen las familias donde ambos padres trabajan tiempo completo.

Me sorprendí de la gran cantidad de trabajo que la escuela mandó. ¡Hasta los maestros de educación física y música mandaron sus programas! En solo unos cuantos días recibí una gran cantidad de correos electrónicos de cada maestra y tuve que entender y comprender nombres y etiquetas de los libros y programas que eran completamente nuevos para mí. Entiendo y aprecio mucho el trabajo y el gran esfuerzo que los profesores están haciendo. Comprendo que esto es nuevo para ellos también y es más, ahora los admiro mas que nunca. Sin embargo, dicho esto, creo que las expectativas puestas en nuestro rol como padres- maestros, son muy altas.

Tengo tres niños en tres diferentes grados y con tres diferentes estilos de aprendizaje. Tengo al que se concentra fácilmente, termina los trabajos rápido y necesita poca supervisión. Tengo a otro que simplemente no quiere trabajar y me dice: “¿No hay escuela? Pues no trabajo”. Y finalmente está el que es muy responsable pero simplemente no puede concentrarse y le toma todo el día terminar unos cuantos ejercicios. Esto desata frustración y ansiedad tanto en él como en mí. A no ser que todos tus hijos sean como mi primero, es muy probable que te estés topando con algunos o varios retos.

Miedo.

Hay miedo en todo nuestro alrededor, y en el sistema educativo no es la excepción. Hay miedo que viene desde los mas altos niveles de gobierno, de que nuestros niños no llenen los estándares educativos. Miedo de los estados o distritos (o de los dueños de las escuelas en el sector privado) de que sus escuelas bajaran las clasificaciones o calificaciones de los sistemas de calificación. Este miedo lo pasan al director o directora la cual a su vez pasa la presión a los maestros. Estos maestro(a)s en medio de una situación totalmente desconocida, hacen su mejor esfuerzo, pero aún así vacían sus propios miedos en los padres y en los niños. Nosotros, como padres con tanta presión terminamos aventando esta GRAN bola de nieve a los niños.

Nuestro trabajo como padres es no permitir que esta carga tan grande de miedos termine en nuestros niños. ¿Cómo podemos lograr esto? Deconstruyendo y analizando nuestros propios miedos y siendo conscientes de ellos. ¿A qué tememos? Tememos que nuestros hijos queden detrás de todos los demás. Tememos que nuestros hijos no sean exitosos en la vida, que tengan dificultades en futuro cercano y lejano. Llevándolo al extremo, tememos que nuestros hijos vivan en pobreza total y que fracasen en todos los aspectos de la vida.

Pongamos todo esto en perspectiva

¿Tu hijo estará atrasado en los programas educativos cuando todo esto pase? Muy probablemente sí. Pero no solo él, sino que literalmente todos los niños que van al colegio en el mundo. Créeme, tu hijo no será el único. Estos no son tiempos comunes, nadie nunca a tenido que vivir algo así, ni las maestras, ni las escuelas. Estoy segura que en septiembre todos los miembros del sistema educativo harán adaptaciones para volver a la normalidad.

Miedo que tu hijo no respete tu autoridad. “No me está haciendo caso cuando le digo que haga el trabajo del colegio”. Si la dejo hacer lo que quiera, ¿qué pasará cuando volvamos a la vida normal? Aquí he estado hablando del trabajo del colegio; las reglas de casa y los límites necesitan seguir en pie. Entiendo que no seas la(el) maestra(o), pero sigues siendo el padre o la madre. Probablemente tengas que hacer algunas adaptaciones a este tiempo de confinamiento, pero en general las reglas de la casa se deben de quedar.

Ahora más que nunca tienes la oportunidad de conectar con tu hijo(a). Interésate en sus gustos, en sus propios intereses, comparte risas, juegos, bailes y tiempos divertidos. Con conexión, ya no tendrás más miedo a la falta de autoridad. Quizá puedas considerar este tiempo para aprender un poco más sobre el concepto de Crianza Consciente, y de esta manera cambiar tu perspectiva sobre la autoridad y las jerarquías dentro de la crianza.

Miedo a que mis hijos fracasen en la vida. El currículo académico no garantiza el éxito en la vida. Definitivamente es importante en nuestra sociedad actual, pero también hay otros aspectos muy importantes que ha estado relegando el sistema educativo actual. Tus hijos tienen en este tiempo la oportunidad de aprender resiliencia, adaptación en tiempos de incertidumbre, manejo del miedo y hábitos de vida. ¿Recuerdas todo aquello que querías enseñar a tus hijos, pero que no te daba tiempo? Quizá esta sea tu oportunidad. ¿O que tal enseñarles tareas domésticas como lavar ropa, cocinar, jardinear, etc.? ¿Te has preguntado sobre la posibilidad de que tus hijos exploren su creatividad o de introducir algunas áreas de conocimiento nuevas con todas las opciones que hay en línea? Quizá durante estos meses tus hijos encuentren su pasión, eso que les hace fluir. Estas son mis prioridades. Ya tendremos mucho tiempo para regresar a lo mismo mas adelante, mientras tanto podemos ver esto como una oportunidad.

La resiliencia, adaptación, manejo de miedos y hábitos, los aprenderán tus hijos principalmente a través de tu ejemplo; ellos aprenderán a través de tí. Esto me lleva a mi último punto: Si tus hijos están contentos haciendo su trabajo de escuela, si lo están manejando bien y si todos se están adaptando, excelente. Sin embargo, si esto se ha convertido en un martirio, no digo que lo dejes por completo, busca maneras. Busca estrategias, tutorías, rutinas que funcionen con tu familia, ponte creativo; trabaja con esto, a no ser que las cosas se salgan fuera de control. Si crees que perderás la paciencia, si estás a punto de gritar o de decir algo hiriente, simplemente detente. Detente antes de que cortes la conexión con tu hijo, antes de que crees una herida, antes de que digas algo de lo que te puedas arrepentir después. Detente y deja ir la necesidad de controlar la actividad académica de tus hijos, solo suéltalo y déjalo ir. Estos no son tiempos normales, hay mucho miedo e incertidumbre. Con tanta presión eres más susceptible de perder la calma y se entiende. Es por eso que necesitas estar mas alerta de tus detonadores, enfócate en tu respiración cuando los sientas cerca y detenlos. En estos momentos, tu sanidad mental y la de tus hijos, así como la paz en tu casa son prioridad.

En estos momentos la escuela no es mi prioridad, mi prioridad es mi familia. ¿Cuál es tu prioridad?

Delia- Mamá de 3- Coach en Crianza Consciente- Psicóloga.

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